jueves, diciembre 15, 2005

Ventajas de la relajación yóguica. El Yoga y la relajación /2

Uno de los efectos más buscados de la práctica del Yoga es la relajación. Otros medios de relajación, como son los de la farmacopea, o la mera distracción de la mente a través del entretenimiento sólo ofrecen soluciones esporádicas a un asunto que se presenta cada día. En la práctica del Yoga se trata de transitar un camino sumergirnos paso a paso hacia una relajación más profunda, más duradera. Además la relajación que pueda lograrse mediante la práctica del Yoga es al mismo tiempo revitalizadora y vibrante, muy distinta del adormecimiento o el sopor que se persiguen o se obtienen mediante otros medios.

En la teoría del Yoga o “Yogasastra” se habla de las “gunas” o estados físicos y de la mente, que son: inercia (“tamas”), actividad (“rajas”) y claridad (“satvas”). En la práctica del Yoga se pretende activar el cuerpo y la mente (“rajas”), sacudirlos de su inercia (“tamas”) y conducirlo a una claridad serena (“satvas”).

Cuando se practica Yoga por las mañanas se adquiere la experiencia de que es posible relajar el cuerpo y la mente después de despertar. Esto quiere decir que incluso en el sueño profundo todavía el cuerpo no se ha relajado lo suficiente. Es verdad que hay sueños verdaderamente reparadores, tales sueños pueden alcanzarse mediante la relajación dinámica que propone el Yoga. Las tensiones subyacentes pueden manifestarse incluso estando dormidos. Al despertarse es posible relajarse más y mejor.

De hecho utilizamos términos diferentes para el sopor o la modorra y la relajación. Se trata de dos fenómenos distintos.

La tensión tanto en el cuerpo como en la mente se definen por la acción de dos impulsos contradictorios. Por ejemplo extender un brazo, al mismo tiempo que se contrae. Es lo mismo que ocurre con cualquier otra zona del cuerpo, como puedan ser el cuello, los hombros o la espalda. Dos fuerzas actúan en sentido contrario. Con la mente ocurre lo mismo: hay tensión mental cuando dos ideas o emociones entran en contradicción. En realidad toda tensión existe por inadvertencia. Cuando comprendemos con claridad que hay tensión, al mismo tiempo la tensión desaparece.

Hay un tipo de meditación (Vipassana) que, tras un adiestramiento en la concentración a través de la respiración, propone la atención sobre cada parte del cuerpo. Cuando la percepción y la atención sobre el cuerpo ha sido agudizada basta con enfocar cualquier zona tensa del cuerpo para que esta manifieste su contenido y se relaje.

Como puede comprenderse la tensión y la relajación en la mente y en el cuerpo están en relación directa. Trabajando sobre el cuerpo se trabaja también sobre la mente. La práctica concentrada de las asanas a lo largo de un tiempo suficiente llevan al cuerpo a un estado vibrante. Conectan de un modo muy íntimo y directo el cuerpo con la mente. El cuerpo se manifiesta ante la mente y resulta mucho más fácil relajar las zonas del cuerpo (antes dormidas) que ahora comienzan a manifestarse.

La relajación en la práctica del Yoga es como transitar un camino. Podemos retomar la relajación en el punto donde nos quedamos para ir más lejos. Trabajar directamente sobre la mente es difícil, necesitamos un instrumento. El cuerpo es lo más inmediato a la mente, es el mejor medio para conocerse y, conociéndose alcanzar una relajación más duradera.

Por eso repetimos que el Yoga no es un ejercicio gimnástico del cuerpo sino más bien un ejercicio constante de la mente. Una de las cualidades que se aplican en la práctica del Yoga es la voluntad pero no menos importancia tiene la aplicación constante de la inteligencia.

La relajación yóguica es duradera porque se basa en el conocimiento interior de uno mismo.


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