miércoles, julio 18, 2007

APUNTE 02, SÓLO UN BUDA PUEDE ESCULPIR UN BUDA, (Cuerpo físico y cuerpo místico en el arte oriental)


Dentro de la cultura y la filosofía de Oriente, el cuerpo humano es un regalo divino para el espíritu que lo habita. La vida en la tierra dentro de este cuerpo, lejos de ser una cárcel o una condena para el alma, es una oportunidad única para alcanzar la sabiduría y la liberación.

A diferencia de las teorías platónicas, donde el cuerpo es el origen del mal, en la filosofía oriental el cuerpo es algo esencialmente bueno que, por un lado, manifiesta las cualidades del alma y, por otra parte, es estudiado y comprendido por ésta.

El desarrollo espiritual de las personas se manifiesta en sus cuerpos mediante el porte y a través de las posturas que adopta. A estas posiciones físicas se las conoce momo “mudras”, palabra que significa literalmente en sánscrito “lo que da la felicidad”.

Las representaciones artísticas de las grandes personalidades (principalmente de la religión o la sabiduría) pretenden reproducir estos gestos o mudras así como un porte corporal digno y consciente. Estos son rasgos difíciles de mostrar que el artista sólo mediante su propia evolución espiritual es capaz de plasmar. En este sentido, sólo un buda puede esculpir o pintar un buda. El artista reproduce la iluminación primero en su propio cuerpo y en su propia mente y luego lo desarrolla en otra materia.


Este escrito es parte del borrador de la conferencia ofrecida en las II Jornadas de Arte Moderno y Contemporáneo sobre el Cuerpo en el Arte, organizadas y publicadas por el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaira, Sevilla


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