domingo, septiembre 18, 2005

Conversaciones de las almas

Toro, 18 sep. 05.

(El equipaje de bodega me lo despistaron en Londres.)
Llego andando con mi macutillo a la espalda y con el
The Times bajo el brazo. Una tarde fresca en el otoño
de Castilla. Las sombra de los árboles se agitan sobre
los muros de la casa en la Plaza de San Francisco. Al
cruzar la cancela me encontré con mis Ángeles y
Estrella. Así concluirá el viaje como empezó, como si
casi no hubiera sucedido, como si en vez de irme a los
Himalayas me hubiera quedado aquí al lado, en
Tordesillas, como si todo fuera un sueño acontecido
mientras dormitaba en el autobús recordando el mar de
nubes vistas desde arriba y viendo pasar entre sueños
verdaderos los trigales y viñedos del camino.

Al poner un punto y seguido en el relato de nuestros
días nos gusta hacer recuento y conclusión. Y llevo
tiempo considerando que para mí la India es caja de
resonancia de ideas o laboratorio de pensamientos, de
modo que lo que se diga de aquel subcontinente casi se
puede decir de la vida o del mundo todo, algo así:

Llegamos al mundo (a la India) muchos viajeros.
Algunos con un objetivo decidido otros procurando
decidir qué cosa hacer o dónde ir, otros quieren ver y
alcanzar diversiones o maravillas. Algunos elegimos
también el aprendizaje y la práctica del Yoga. Es algo
que fija nuestra mente y la salva de la confusión
añadida a la confusión en el caos de esta tierra.

Dicen los relatos maravillosos o metafísicos: llegan
al mundo las almas, o fuera del mundo en otra
dimensión y se encuentran unas con otras, se juntan,
se separan y a veces charlan entre ellas. Siempre me
pregunté: ¿de qué tienen que charlar tanto las almas
en este o en otros planos de la existencia? Pues de lo
siguiente:

El bramacharia Shanmuga y yo estuvimos hablando sobre
el precio de mi bicicleta en el patio de su ashram,
junto el templo, ante su guru: un viejecito
encantador, vestido de azafrán y con la piel oscura
pintada de blanco con sus símbolos religiosos. El
anciano swami me hablaba en tamil, sonreía y
parpadeaba tras los gruesos cristales de sus gafas.
Tras hablar de los milagros del milenario y mítico
Babaji en los Himalayas, llegamos a un acuerdo y mi
bicicleta servirá en adelante a los propósitos del
templo: traer y llevar bramacharias y swamis.

Vasco es un técnico informático destacado por la IBM
en las urbanizaciones opulentas de Delhi. Ha vivido en
numerosos países, ciudadano del mundo como sólo un
portugués puede serlo. En el vientre de un enorme
pájaro de acero, atravesando el cielo de medio mundo,
me cuenta que se va con su mujer bielorrusa a pasar su
tiempo libre en la paz de los templos más hermosos de
Delhi, de no importa qué credo. Allí se sientan en
silencio. Me cuenta que es maravilloso observar como
afloran a sus mentes sentimientos e ideas que hasta
entonces ni siquiera sabían que estaban de algún modo
en sus adentros. Dice que luego en casa se cuentan sus
experiencias. Me fascinan estos meditadores
espontáneos.

Y luego, tras hacer el transfer en Londres, el Dr.
Abass, médico jordano, me cuenta sobrevolando el Canal
de la Mancha que no hay evidencia científica del
beneficio que para la salud pueda tener otros
procedimientos que no sean los de la medicina
alopática. Sin mencionarle lo interesadas que puedan
ser las supuestas evidencias de esa ciencia, sobre
todo porque las investigaciones mayormente están
financiadas según intereses de grandes compañías, le
digo la poca evidencia científica que hay acerca de la
evidencia científica misma, como ya se encargaron de
demostrar una fila entera de epistemólogos, desde
Popper hasta Feyerabend, pasando por Kuhn. Al final,
la certeza científica ha decaido en una suerte de
estadística más o menos fundada.

Swami-ji había dicho que el Yoga no es para
intelectuales, pero amando la contradicción, al día
siguiente habla también sobre la epistemología. Esto
fue en una charla en la terraza del Yoga Study Center
sobre el Ganges. Dice que la epistemología o ciencia
del conocimiento consiste en "to know how to be can be
to become". Pues que no se puede traducir y dejo para
quien sepa su poquito de inglés y quiera entretenerse
con estas filosofías.

Finalizado el curso de quince días Swami Rudradev se
va con algunos alumnos a caminar por los bosques y los
altos nevados de los Himalayas.

Gracias, amigos, por haberme acompañado en este
trecho. El diecinueve de septiembre estaremos en la
YogaSala de Málaga a las 20'30 para recomenzar la
práctica del Yoga. Para más información al principio
arriba o al final abajo de este blog. Por favor, para
preguntas, noticias o comentarios, contactad
por corre electrónico, teléfono o en nuestra dirección
que aparecen en la cabecera..

Om Chanti.


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