La comodidad es una de las características esenciales de la práctica del Yoga. No es una adaptación que haya adquirido la enseñanza del Yoga en Occidente. En los Yoga Sutras de Patanjali, el primer texto que procura sistematizar y ordenar el conocimiento del Yoga, y que data de algunos siglos antes o después del inicio de nuestra era, dice claramente que la práctica de las asanas ha de ser firme y cómoda. Firmeza y comodidad en la práctica de las asanas son dos características que van unidas y que se complementan. Cuanto mayor es la firmeza más comodidad podemos lograr en las asanas. Y también la comodidad nos ayuda a conseguir firmeza.
En la realización de los ejercicios yóguicos en nada adelanta forzar, pues el cuerpo reacciona con tensión. La suavidad y la comodidad hace que el cuerpo “confíe” en la asana, se relaje y podamos ir un poco más allá, es decir, ganemos espacio.
Considero que la enseñanza del Yoga en Occidente debe insistir sobre este punto, pues los occidentales somos, por nuestra educación y crianza, proclives al perfeccionismo. Todo queremos hacerlo lo mejor posible. Nos han inculcado la ideología del voluntarismo y del esfuerzo. En la India la enseñanza del Yoga tiende ha ser más marcial, pues los indios son de natural y cultura mucho más relajados. En Occidente todo lo que se insista en la suavidad es poco.
Sin embargo, suavidad no quiere decir permanecer en una actitud floja y dormida. Aquí vuelve el concepto de firmeza, pues la suavidad o la comodidad en el Yoga requiere energía, no quedarse a medias, clarificar los propósitos y movimientos. Hacer las cosas de un modo definido y resuelto. Recorrer el camino completo.
A mi modo de ver la tarea del profesor de Yoga en Occidente ha de concentrarse en que la persona que aprende estas técnicas las realice de un modo cómodo y seguro. Las correcciones que haga han de estar encaminadas a alcanzar esto y no a conseguir una supuesta perfección. Por eso en la práctica del Yoga no hay competencia posible. Los frutos que cada cual vaya obteniendo es asunto propio o personal. No hay comparación posible.
Esa es la diferencia entre lo interno y lo externo en el Yoga. De modo externo se puede enseñar y aprender, se puede mostrar y corregir. Este es sólo el procedimiento para el desarrollo de una evolución personal. En esencia la práctica del Yoga es una tarea de conocimiento interior.
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