En algunos libros de yoga suele figurar un vademécum con un recetario de dolencias y asanas que se aconsejan para aliviarlas. El principio general suele ser el de crear fuerza y espacio en la zona afectada. También se cuenta con el efecto de la posición del cuerpo contando con la gravedad, sobre todo en las posturas invertidas, para drenar, refrescar y renovar los fluidos en los órganos o lugares con algún trastorno. Además existen otros principios cuya explicación sería más extensa.
Sobre estos consejos, principios y efectos, la práctica del yoga funciona de un modo holístico, que suele decirse hoy en día. Este modo holístico o global puede entenderse de dos maneras distintas. La primera es que, como decía el antiguo filósofo griego Heráclito, todo está en relación con todo, y podemos añadir que lo más próximo se encuentra más estrechamente relacionado, precisamente por razón de su cercanía. De tal modo, para aliviar la tensión en el cuello es preciso relajar la tensión en los hombros, que a su vez depende de la espalda toda, la columna y así en una cadena hasta llegar a la planta de los pies. Con lo que, para mejorar el estado de una tortículis o de un dolor de cabeza, puede ayudar la realización de salutaciones al sol. Existe también una sinergía y la creación de círculos virtuosos en la práctica del yoga. Así la mejora de los procesos digestivos y del metabolismo dan fuerza y salud a todo el cuerpo, incluyendo músculos, articulaciones y huesos. A su vez una mejora en la alineación y desarrollo de esqueleto y sistema muscular unido al efecto de las posiciones como las invertidas y las de torsión mejoran el sistema digestivo. Igual cabe decir con la respiración y la circulación sanguínea.
El otro aspecto del carácter holístico de la salud es más profundo y va directo hacia la relación que se establece entre espíritu, psique y salud del llamado cuerpo físico. En las antiguas películas y novelas de exploraciones en islas y selvas remotas, a veces aparecía la figura del “curandero” o del “hombre medicina” que pretendía “curar el espíritu” de los enfermos. Se presentaba como algo ingenuo cuando lo que había que hacer era dar la pastilla o sajar la parte dolorida. Hoy en día tras las teorías del Dr. Bach, Rüdriger Dalke, el Dr. Lowen y otros muchos tendemos a pensar que el “hombre medicina” no iba tan desencaminado, pues pretendía ir al la raíz del asunto en vez de quedarse en lo sintomático. Muchos autores del campo de la medicina, la psicología y otras áreas vienen señalando que no sólo las enfermedades llamadas psicosomáticas tienen su raíz psicológica sino en general en muchas dolencias existe este factor sumado a otros circunstanciales.
La práctica constante y decidida del yoga trabaja desde el cuerpo para lograr el bienestar y el equilibrio de la persona toda. De modo que una mayor firmeza y armonía anímica premia este ejercicio en modo de salud. La propia concentración de la atención mental sobre cada zona del cuerpo en la práctica de las asanas, el pranayama y la meditación tiene un efecto vigorizante y saludable.
Mi maestro de yoga, Swami Rudradev dice que existen pájaros que se remontan apenas en el árbol para alcanzar los frutos maduros. Pero hay otros que vuelan hasta las ramas más altas de la copa para alcanzar los frutos más dulces. Usaba esta metáfora para expresar que la salud tiene diversos grados. Hay quien considera que salud es sólo la ausencia de enfermedades manifiestas, y con eso se conforma, con evitar el bisturí o la pastilla. Por encima de esta salud básica se encuentra la plenitud y la energía de los órganos internos, de que habla la medicina china. Más alto todavía existe la sensación de bienestar completo, la salud perfecta, que procuramos poco a poco mediante la práctica del yoga.
Joaquín García Weil
http://yogasala.blogspot.com
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