E. Bach (1886-1936) fue un médico inglés que aunque desarrolló una actividad médica convencional y destacada, su principal inquietud iba dirigida hacia la búsqueda de las causas reales de la enfermedad. Entró en contacto con la obra de Hahnemann (descubridor de la Homeopatía), y realizó una labor de investigación que le llevó a desarrollar vacunas homeopáticas, algunas de ellas aún en uso. Apoyado en sus investigaciones y en su propia intuición, llegó a la determinación de que lo realmente significativo en la enfermedad es cómo cada persona reacciona ante ella. Su capacidad para observar la naturaleza humana, le llevó a concluir que el ser humano vive y se relaciona según unos patrones de personalidad concretos dando lugar a diferentes actitudes en la vida y ante la enfermedad.
E. Bach era una persona dotada de gran sensibilidad, vinculada a la Naturaleza, intuitiva y culta. Guiado por la idea de que es en la Naturaleza donde están presentes los remedios para sanar a las personas, los últimos seis años de su vida los dedicó a explorar el comportamiento humano y a buscar los remedios naturales adecuados a cada actitud personal. A los 43 años abandonó la profesión, tal y como la desempeñaba, y se marchó a Gales para iniciar esta nueva etapa. Durante varios años de investigación, Bach elaboró los 38 remedios florales relacionados con 38 estados emocionales.
De sus escritos destaca el principio básico que para él supone la enfermedad; la desconexión del alma con la personalidad. Es así como emociones relacionadas con el miedo, la incertidumbre, la dificultad para vivir en el presente, la soledad, el desaliento, la sensibilidad con el entorno…pueden verse como indicadoras de esta desconexión.
Las flores de Bach son preparadas a partir de flores silvestres y de árboles. Su especial forma de obtención preserva la esencia energética sobre la que se basa su utilidad terapéutica; movilizar las emociones y hacernos aflorar la virtud particular que necesitamos para alcanzar el equilibrio y continuar en armonía.
El proceso de elaboración finaliza con una dilución que es lo que se comercializa en pequeños frascos de 10 o 20 ml. A partir de ellos se elabora una mezcla de las esencias necesarias en el momento de la consulta. El sistema floral está dirigido a tratar y equilibrar todas las emociones conocidas y son compatibles con los tratamientos alternativos y alopáticos a los que no sustituye. Está indicado para todo tipo de personas, adultas, ancianas, mujeres embarazadas, recién nacidos y niños porque no poseen contraindicaciones, no hay riesgo de sobredosis, no inducen trastornos secundarios y no conllevan adicción.
El método es sencillo, inocuo y al alcance de todos; conocernos y, ayudados por las flores, ser nosotros mismos los que saquemos a la luz todas nuestras capacidades y recursos y así comunicarnos con la esencia de lo que somos.
En el proceso terapéutico, las esencias florales suponen una gran ayuda para localizar la naturaleza de las dificultades y hacer consciente la actitud inadecuada que desarmoniza el equilibrio de la persona. En la mayoría de los casos, resulta complicado hacerlo sin ayuda ya que observarnos con distancia y vernos tal y como somos es, quizás, la tarea más difícil.
En la Terapia Floral se trata de elaborar los remedios para restaurar las emociones y sentimientos perturbados, y quien los formula es un Terapeuta Floral después de escuchar y atender a la persona. La toma de esencias florales durante un tiempo suficiente permite conectarnos con la capacidad de poner en palabras lo que se siente y se piensa. Esto es fundamental a la hora de saber qué nos está sucediendo, qué necesitamos y cómo expresarlo. Adentrarse en la comprensión de lo que está teniendo lugar es implicarnos en nuestro propio proceso, nos hacemos conscientes, y sacamos a la luz todo nuestro potencial haciéndose visible la presencia de los recursos innatos.
Algunas personas se retiran del tratamiento una vez conseguido aliviar los síntomas y otros siguen explorando en profundidad. Si se continúa más allá de la mejora sintomática se beneficia de la plenitud que concede la evolución personal.
Bach explicó así la acción de las flores: “…Son capaces, al igual que la música hermosa o cualquier otra cosa de elevación gloriosa que nos da inspiración, de elevar nuestra naturaleza interna y acercarnos a nuestras almas, de darnos paz y aliviar nuestro sufrimiento … inundando nuestros cuerpos con las vibraciones de nuestra naturaleza superior ”.
Isabel Clavero
Terapeuta Flores de Bach. Gestalt. PNL.
Consultas en YogaSala. 610055122
contactobach@gmail.com
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