Doce días con sus doce noches pasé en Boudhnath, a las afueras de Kathmandu. Es una ciudad de peregrinaje y un hogar para exiliados tibetanos. Rodeada de Monasterios y Gompas de todas las escuelas que componen el Budismo tibetano (Kagyu, Gelugpa, Nyangpa, etc...). Uno de los lugares más energéticamente potentes que he conocido. Me era difícil marchar. Dejé atrás cualquier otro plan de viaje y visitas en Nepal y decidí relajarme y quedarme allí porque me sentía muy bien.
Muchas mañanas iba a recibir enseñanzas y a meditar al Monasterio de Kopan (Gelugpa), desde la ciudad a la Gompa hay un buen paseo de una hora. Especialmente para extranjeros hay cursos en inglés y posibilidad de vivir allí mismo. Después de almorzar descansaba un rato y bajaba más tarde a la stupa para hacer el kora alrededor en el sentido de las agujas del reloj, recitando el om mani padme hung y haciendo girar ruedas de oración. La mayor cantidad de personas se concentra al caer la tarde y el lugar rebosa vibraciones de amor y compasión. Lámparas de mantequilla que atienden a los muertos y a los espíritus hambrientos le dan luz a un lugar ya de por si luminoso. El murmullo se hace casi un tronar de mantras, trompetas y gongs que suenan en las Gompas y el sempiterno om mani padme hung, cantado por los monjes de Gyoko, que suena desde las tiendas de CD. Magia, pura magia y belleza.
A Boudhnath acuden gentes de todo el mundo: India, Japón, Tíbet, China, Europa y América, además de los propios nepaleses. De diferentes religiones, vi a muchísimos hinduistas haciendo el kora, cristianos y musulmanes. Hay tibetanos que vienen caminando, muchos escapando del terror que China lleva siglos practicando en su país, algunos hacen postraciones en lugar de caminar mientras rodean la stupa. Van preparados con una mascarilla para tapar la nariz y la boca, un delantal de plástico y manoplas de madera: juntan las palmas de las manos a la altura de la cabeza, la garganta y el pecho, una postración, tres pasitos y vuelta a empezar... Imaginaos lo que pueden tardar en dar una vuelta, así pasan días, semanas e incluso meses, completando su promesa de venir a este sagrado lugar. Hay quienes incluso vienen postrandose por caminos de tierra hasta llegar a la stupa. En el Budismo y también en otras culturas, se afirma que la postración es una manera de deshacer el ego inflamado, doy fe de que a mi me funcionó en su momento. En el gnöndro (método de practicas budistas) se incluye la consecución de 111.111 postraciones al menos una vez en la vida, un muy buen antídoto contra el orgullo y la soberbia.
Conozco algunas stupas: en la provincia de Málaga la stupa de Benalmádena y la de Kalachakra en Karma Gön, cerca de Vélez-Málaga. Innumerables pequeñas y grandes stupas de camino al Campamento Base del Everest, algunas hermosas stupas en India... Pero ha sido en la stupa de Boudhnath donde he experimentado un bienestar y una conexión conmigo misma y con la vida tremendamente especial. Siempre que me acerco a una siento como se me eriza la piel, al ver esta enorme stupa (la más grande del subcontinente), las lagrimas brotaron con una facilidad increíble en mi. Bendito sea ese lugar, desde allí se medita y se reza pidiendo la paz mundial y la liberación de todos los seres, que así sea.
Hace diez días que estoy en India. El día cuatro comencé mis practicas de ayurveda y tratamiento en la Shashi Clinic, Maharashtra. Me siento muy cuidada y una mujer con suerte. Sin embargo desde hace varios días vengo experimentando tristeza, miedo y dudas, un familiar rumor que me hace sentir muy pequeña e insegura. A veces los sankaras, residuos kármicos acumulados en el cuerpo- mente, surgen cuando menos te lo esperas. Echo de menos a personas a las que quiero, siento la sombra y el dolor y echo de menos la stupa y lo que allí viví.
Om.
Isa.
Muchas mañanas iba a recibir enseñanzas y a meditar al Monasterio de Kopan (Gelugpa), desde la ciudad a la Gompa hay un buen paseo de una hora. Especialmente para extranjeros hay cursos en inglés y posibilidad de vivir allí mismo. Después de almorzar descansaba un rato y bajaba más tarde a la stupa para hacer el kora alrededor en el sentido de las agujas del reloj, recitando el om mani padme hung y haciendo girar ruedas de oración. La mayor cantidad de personas se concentra al caer la tarde y el lugar rebosa vibraciones de amor y compasión. Lámparas de mantequilla que atienden a los muertos y a los espíritus hambrientos le dan luz a un lugar ya de por si luminoso. El murmullo se hace casi un tronar de mantras, trompetas y gongs que suenan en las Gompas y el sempiterno om mani padme hung, cantado por los monjes de Gyoko, que suena desde las tiendas de CD. Magia, pura magia y belleza.
A Boudhnath acuden gentes de todo el mundo: India, Japón, Tíbet, China, Europa y América, además de los propios nepaleses. De diferentes religiones, vi a muchísimos hinduistas haciendo el kora, cristianos y musulmanes. Hay tibetanos que vienen caminando, muchos escapando del terror que China lleva siglos practicando en su país, algunos hacen postraciones en lugar de caminar mientras rodean la stupa. Van preparados con una mascarilla para tapar la nariz y la boca, un delantal de plástico y manoplas de madera: juntan las palmas de las manos a la altura de la cabeza, la garganta y el pecho, una postración, tres pasitos y vuelta a empezar... Imaginaos lo que pueden tardar en dar una vuelta, así pasan días, semanas e incluso meses, completando su promesa de venir a este sagrado lugar. Hay quienes incluso vienen postrandose por caminos de tierra hasta llegar a la stupa. En el Budismo y también en otras culturas, se afirma que la postración es una manera de deshacer el ego inflamado, doy fe de que a mi me funcionó en su momento. En el gnöndro (método de practicas budistas) se incluye la consecución de 111.111 postraciones al menos una vez en la vida, un muy buen antídoto contra el orgullo y la soberbia.
Conozco algunas stupas: en la provincia de Málaga la stupa de Benalmádena y la de Kalachakra en Karma Gön, cerca de Vélez-Málaga. Innumerables pequeñas y grandes stupas de camino al Campamento Base del Everest, algunas hermosas stupas en India... Pero ha sido en la stupa de Boudhnath donde he experimentado un bienestar y una conexión conmigo misma y con la vida tremendamente especial. Siempre que me acerco a una siento como se me eriza la piel, al ver esta enorme stupa (la más grande del subcontinente), las lagrimas brotaron con una facilidad increíble en mi. Bendito sea ese lugar, desde allí se medita y se reza pidiendo la paz mundial y la liberación de todos los seres, que así sea.
Hace diez días que estoy en India. El día cuatro comencé mis practicas de ayurveda y tratamiento en la Shashi Clinic, Maharashtra. Me siento muy cuidada y una mujer con suerte. Sin embargo desde hace varios días vengo experimentando tristeza, miedo y dudas, un familiar rumor que me hace sentir muy pequeña e insegura. A veces los sankaras, residuos kármicos acumulados en el cuerpo- mente, surgen cuando menos te lo esperas. Echo de menos a personas a las que quiero, siento la sombra y el dolor y echo de menos la stupa y lo que allí viví.
Om.
Isa.
4 comentarios:
Isa, estas viviendo una gran aventura espiritual, debe ser duro pero como cualquier experiencia de este tipo enormemente productiva, muchos seremos los que nos nutriremos de esta vivencia, te mando mis mayores ánimos y mi mas sincero cariño.
Isa, todos los sentimientos forman parte de la vida, si no los tuviéramos seríamos piedras como las que forman las estupas... Bendita la vida que vivimos en todas sus manifestaciones!
Espero que puedas sentir todo con plenitud, tu que sabes como hacerlo y nos has enseñado a algunos a intentarlo
Un fuerte abrazo, que espero que sientas cuando leas esto!!
Victoriano
Gran viaje, Isabel, también en lo emocional, lo así llamado espiritual, lo vital... todo.
¿Cómo va la práctica? Se me ocurre algo así como la degustación de la práctica en los viajes: si padmasana o meditación a las faldas del Everest, o si salutación al sol junto a la Stupa o a la sombra de los tamarindos de Maharashtra. Un abrazo. Qué buena y gran ocasión.
Te siento, amiga, con los ojos de la conciencia abiertos de par en par. Percibiendo el vientre mismo de las cosas. Sumergiéndote en lo profundo sin más peso que tu mochila.Te siento tan viva, formando parte de esto y de aquello. Sin distancias. Un abrazo
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