Todavía luce en el portalón de nuestro anterior local de "El Pimpi" en la calle Granada de Málaga la sencilla placa de "Yoga" que nos anunciaba. Tengo que aclarar que el local no estaba dentro de la famosa bodega, sino en una escalera aneja, que ascendía hasta una suerte de ático, desde donde contemplábamos unas magníficas vistas a la Alcazaba.
Se trata de un viejo edificio de dos o tres siglos de antigüedad que, estando nosotros allí, no pocas veces vinieron a inventariar los arquitectos del Ayuntamiento de Málaga y los de la Junta de Andalucía.
Como sigan así las cosas, mismo esa placa de cerámica nos sobrevive y a varias generaciones, como ocurre con las placas que lucen justo encima de ella, que muestran uno de los anteriores nombres siglos atrás de la calle Granada: "Gordon", donde la casa hacía el nº 1.
Siendo aquel un magnífico local, en el de ahora de calle Moreno Monroy, compartiendo espacio con el Dojo Zen de Málaga y el Centro de Estudios Budistas (Escuela del Dalai Lama) estamos mucho mejor.
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