Canto Sacro Inspirado Es un canto que brota inspirado desde el corazón. Es cantar con el corazón, desde la intuición del corazón. Considerando la cosmovisión: el ser humano, la creación y el Creador de los Mundos En un estado sincero, auténtico y entregado en el instante. Es un viaje para alcanzar un estado enraizado en la realidad y expandir la consciencia Viaje por el Océano del Saboreo. El Océano de los Significados, el Océano de las luces y resplandores y el Océano de Gran Vacío. Canto desde el jardín perfumado y protegido. Copa del amor generoso Canto que mana del brocal del corazón y corre dibujando los sagrados nombres de Al-Lah y fórmulas sagradas.
ALGUNAS NOCIONES TÉCNICAS Estructura física de las cuerdas vocales Para hacer Canto Sacro Inspirado, la persona tiene que tener abierto el caudal de la voz, entonces, la voz sonora se pone al servicio de la inspiración que brota del corazón. Esta apertura de la voz es gracias a las cuerdas vocales y demás elementos que intervienen en la emisión de la voz; con su amplitud de tonos graves y agudos, intensidad, volumen, resonancias, etc. pues, así, todas las cualidades que emergen del corazón (henchimiento, amor, entrega, generosidad, etc) pueden ser transmitidas desde el espacio sonoro de la persona emisora.
La inspiración que proviene del corazón La inspiración es lo que proviene del corazón. El análisis, el pensamiento lógico etc, provienen de la mente. Se siente como una necesidad imperiosa de cantar lo que brota del corazón. En pecho se siente este henchimiento como borbotones que manan y tratan de expresarse a través del Canto Sufi Inspirado. Sin embargo, no es cantar a “tontas y a locas”, pues esta forma proviene del ego; en donde el narcisismo, engordamiento del ego, la falsa espiritualidad, etc, pueden estar presentes. Por el contrario, es cantar con un sentido profundo de amor por Al-Lah y Su creación. En ello hay generosidad, entrega y amor.
Leer los signos en el cantante inspirado Trae beneficio aprender a leer los signos que aparecen en el cuerpo, especialmente en el rostro y en los ojos del que canta, pues podemos ver en qué grado el cantante-recitador está en contacto con su corazón y con su Creador.
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