martes, abril 26, 2011

Conciencia y Ecuanimidad



Hace unos días, escuchando a S.N. Goenka me llamaron especialmente la atención estas palabras: Conciencia y Ecuanimidad como base de nuestra felicidad. No es que no lo hubiera escuchado antes pero, ligadas de manera inseparable me pareció una fórmula magistral.

Sería tomar conciencia, darse cuenta de cómo soy, actúo, pienso y reacciono ante las circunstancias. Darme cuenta para ver cómo me limito en lo cotidiano y cómo puedo liberarme de mis condicionantes y de los nudos que voy atando a mi alrededor. De esta manera puedo llegar a sentir e interpretar los acontecimientos de mi vida de una forma más global. Es decir, amplío mi mirada. Lo que me permite desarrollar otras cualidades como la tolerancia y el ver al otro. Con esta mirada más limpia y clara, puedo acceder a un conocimiento más puro que no está influenciado por las emociones o vaivenes diarios. Sería el arribar a un océano interior de conocimiento que no se ve afectado por tormentas. Es un lugar que está en paz, sosegado y tranquilo. Éste océano, fuente de conocimiento; nos permite tomar decisiones y actuar de forma más ecuánime. Produciendo, sin lugar a duda, tranquilidad y fluidez en nuestras vidas y relaciones con otras personas. De esta manera podemos conocer la verdadera aceptación y acercarnos a nuestros objetivos. ¿Por qué sucede esto? Como he comentado, al incrementar la ecuanimidad y la conciencia despejamos nuestra mirada y podemos ver el camino sin tantas sombras y atrevernos a caminar.

Así que te animo a que te acerques a tu propio conocimiento, que te descubras para así empezar a volar hacia tus objetivos.

Os recuerdo que el próximo sábado 7 de mayo tendrá lugar en Yoga Sala Málaga el Taller de Coaching para tu Vida “¿Qué hago? Conductas que me bloquean en mi vida”, si necesitaras más información no dudes en contactar conmigo.






Gemma Martín Naranjo
COACHING PERSONAL Y GESTIÓN DEL CAMBIO


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta. Gracias por esa reflexion. Gracias por compartir. Gracias por luir y gracias por ser.
Ruben Revillas