Me encantó el anterior taller de yoga.
Por un lado, el descubrir lo que es escuchar al propio cuerpo en todo momento, y por otra parte, el aceptar los regalos que la vida nos ofrece continuamente, tal y como nos dijo Rafael, en su estupendo taller de masaje.
Han sido dos frases sencillas, dichas por personas también sencillas y cercanas, como lo sois tú y Rafa.... pero a veces lo más sencillo, aunque lo sepas en la teoría o lo hayas escuchado muchas veces, de repente llega, te cambia algo por dentro y te hace "caer en la cuenta". Entonces sientes que suena como un "click" y te dices, "eso es!!!" y así, alguien cercano y "normal", se ha transformado en un segundo en tu "ángel cotidiano", porque ha dicho lo justo, en el momento justo.
En el taller se movía una energía especial, no sé si motivada por el entorno, por las personas, ¿por la llegada de la primavera? Quizás por todo junto y bien combinado. Y sus efectos me siguen durando porque se despertó en mí la necesidad de dedicar más tiempo a escucharme todos los días. Así que he suprimido mi media hora "arrepantingada" en el sofá frente a la tele después de un duro día, por media hora de estiramientos y relajación "a medida", según le apetezca a mi cuerpo. No sé cómo he podido vivir tanto tiempo desconectada de mí misma. Así que espero con muchas ganas el siguiente taller, al que me acompañará también mi pequeño Miguel.
Os doy las gracias a los dos por el taller y por crear ese ambiente tan...especial. Por cierto, espero repetir el "súper masaje a doce manos"!!!
Un abrazo para todos.
Nos vemos pronto!
Nieves
Gracias, Nieves, por tu participación y apreciación sobre el anterior fin de semana. Como bien sabes por haber participado en varios, cada uno de ellos es diferente. Todos buenos y a la vez cada uno especial o singular.
Considero que todos los participantes vamos juntos madurando y avanzando. ¿Avanzando hacia dónde? Pienso que hacia la sinceridad y tranquiliadad de ser cada cual tal como es. Descubrirlo y ejercerlo, a través del yoga y la meditación tranquila.
Y ahí vamos cosechando el resultado de tal vez más brillo, sosiego y alegría.
Grandes logros y descubrimientos nos aguardan tranquilamente.
Me alegro que vengas y tan bien acompañada. Nosotros también iremos en familia.
Hasta pronto,
Joaquín.
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