viernes, septiembre 21, 2012

Biodanza en la Yoga Sala: La Experiencia Gozosa del Ser.





Con los pies descalzos, con el corazón contento, con un poco de resistencia al principio. Siempre siento resistencia al principio, antes de danzar, algo en mí que cree estar separado me hace sentir extraño, distinto, desconectado. Siempre es más fuerte mi anhelo, mi necesidad de sentirme hermano, de sentirme otro, de ser en el otro, de perderme en la danza para encontrarme de vuelta, unido, conectado, siendo, simplemente siendo. Amo la danza, la música, el silencio, los cuerpos, la risa, el llanto, es hermoso, danzar con este grupo de mujeres y de hombres. Es la danza de la tribu, el abrazo de la comunidad añorada, el abrigo de la manada, el tan-tan-tun-tun que tanto necesitaba.

En Biodanza no se habla, aunque se pueden emitir toda clase de sonidos orgánicos, desde bostezos hasta eructos,  gritos, risas o llantos, pero no se habla, para poder viajar desde el neo-cortex cerebral hasta el cerebro límbico, desde el análisis, el discurso y la cháchara mental hasta la emoción, el sentimiento, la víscera. Todos los cuerpos son hermosos, graciosos, amables, cuando se conectan con esta parte de nuestro cerebro, con el cerebro primitivo. No se trata de hacerlo bien o mal. se trata de ser, de ser espontáneo y fresco, tierno, valiente, libre, y para esto no se necesita un cuerpo estilizado o unas dotes de bailarín ruso. Se trata de dejarse llevar por la música, de encontrarse con la mirada del otro, con la presencia del otro desde nuestra propia presencia. En Biodanza no me juzgo, ni juzgo a los demás. Todo es lo que es, una manifestación libre y espontánea de la danza cósmica.




La autorregulación es una de las reglas básicas de la Biodanza. No hago nada que no quiera hacer, atiendo a  mis necesidades en el momento presente, yo marco mi ritmo, mi entrega, mi apertura, no fuerzo nada, soy libre, y soy responsable de esa libertad. En el abrazo me rindo, acepto, me entrego, recibo, pero si no quiero más, o no quiero en absoluto, me aparto, sigo mi camino, soy libre. A veces también siento un impulso sano y genuino de abrazar a alguien, o tocarle, o mirarle, y lo hago, también soy libre para esto. A veces abrazo a alguien y siento su rigidez, su resistencia, no fuerzo nada, le sonrío, lo dejo ir, desde el amor. Autorregulación es libertad, responsabilidad y respeto.

Las facilitadoras, Roberta Forti y Mayte Geáctica, tienen su forma particular y auténtica de acompañarnos. Roberta siempre anda retrepada por su hijo Atma, un ser luminoso y pequeñito de apenas dos años, que cuando no está chupando la teta de su mamá se dedica a danzar y enseñarnos con su espontaneidad y frescura. Roberta, es ligera, volátil, siempre sonriente, sus ojos son profundos, marinos, de agua. Mayte es la tierra, la solidez, sus movimientos y su compañía me sugieren la imagen de un ave nocturna, concisa,de vuelo silencioso y preciso, arquetípica madre bonachona y sabia. Juntas nos guían en este viaje, nos proponen encuentros, juegos, áreas de nuestro ser donde explorar, crear y crecer.



Os recomiendo encarecidamente que vengan y prueben a danzar esta danza del ser, de la fraternidad, de la emoción y de la libertad. El próximo jueves 27 septiembre es jornada de puertas abiertas. Anímense y descubran la Biodanza, una fuente de amor y salud para todas y todos.

Clases de Biodanza en Yogasala

próximo jueves 27 septiembre de 20:15 a 22:15 horas

Más información:

Mayte (636976782) y Roberta (673763606) elserdanzalsur@gmail.com

Clases abiertas último jueves de cada mes.




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