Om
La Práctica Raíz es ésta: Detente por un instante, sumérgete en la quietud y espera un milagro.
Todas
las personas que acuden a nuestra consulta, o a una clase de yoga,
vienen buscando alivio. Todas, sin excepción, quieren sentirse mejor,
estar en paz y ser felices. Por lo tanto, no hay ninguna diferencia, en
la esencia, entre alguien que se presenta con escoliosis y alguien que
muestra signos de depresión y apatía, entre alguien diagnosticado con
fibromialgia y otra persona con diabetes. En nuestra propuesta
terapéutica no buscamos las diferencias entre unos clientes y otros, no
estamos interesados en el diagnóstico, ni siquiera buscamos la remisión
de los síntomas, aunque a veces esto sea lo que sucede durante nuestro
trabajo, los síntomas desaparecen, en ocasiones de forma definitiva y en
otras para manifestarse más tarde, o con otras formas. Si nos
preguntasen si preferimos estar sanos o estar en paz, podríamos decir:
Quiero las dos cosas, estar sano y en paz. Es una respuesta legítima y
acertada. Para nosotros la elección no es entre la paz y la salud. La
paz y el amor son el origen de la salud, mientras el miedo, el
resentimiento y la culpa se reflejan en síntomas externos que llamamos
enfermedad. La elección es entre dos experiencias esenciales la paz y el
miedo. Por tanto, si siento que estoy en conflicto, siento cualquier
agitación interna o creo estar amenazado, o surge la necesidad de
arreglar o modificar mis circunstancias o a otras personas para que yo
pueda estar en paz o ser feliz, entonces sólo tengo que aquietarme un
instante, sentir la agitación, la rabia o lo que esté ahí luchando
contra lo que es, y simplemente autorizarme a sentir eso, a reconocerlo,
a respirarlo y entregarlo a la quietud y a la paz que reside en nuestro
interior. Eso es todo. Sólo desde esa paz, desde esa quietud y entrega
se pueden luego emprender acciones inspiradas y efectivas, se podría
decir que en ese estado de paz, las decisiones se toman solas, o en
función de la paz que sentimos al tomarlas, las acciones son siempre
actos de amor y cuando de nuevo aflora la duda, la culpa o el conflicto
mi tarea es volver a aquietarme y elegir de nuevo la paz. Eso es todo.
¿Eso es todo? Sólo eso.
Por
eso en nuestras sesiones, ya sean individuales en la consulta, a través
del contacto consciente, o en nuestras sesiones de yoga en grupo,
mediante el movimiento consciente, nuestro único objetivo es asentarnos
en la paz y extenderla. Hallar la paz en nosotros y compartirla. Eso es
todo.
A algunas personas
esto no les cuadra mucho, porque en general asumimos que la salud y el
bienestar consisten en tener y poseer y hacer muchas cosas y esforzarnos
y ser muy activos y comprometidos con muchas causas, todas ellas muy
éticas y loables, y que nos hacen sentir genial, pero al final el único
baremo que tenemos para saber si vamos por el buen camino no es qué
hacemos, pensamos o tenemos, sino cómo nos sentimos haciendo, teniendo y
pensando todas esas cosas. Si no hay coherencia entre lo que hacemos,
pensamos y sentimos no habrá paz en nuestros corazones, y por tanto esta
incoherencia se manifestará en nuestras vidas en formas leve y sutiles
cómo el aburrimiento o la incomodidad en el estar, o en expresiones cada
vez más escandalosas en proporción a la misma incoherencia, pudiéndose
manifestarse sintomas y enfermedades complejas e incluso accidentes y
otras calamidades.
Así,
con el transcurso del trabajo en la Raíz, la persona va a aprendiendo a
reubicarse una y otra vez en la quietud y reorientarse hacia la paz.
Poco a poco va recobrando la confianza en sí misma y en lo que siente.
Aprender a tomar sus deciones y sus acciones desde esta nueva
orientación y por lo general las circunstacias externas mejoran justo
cuando ya no nos importa tanto cambiarlas. Esto no significa que no
podamos tener metas y alcanzar logros personales o profesionales, muy al
contrario, viviendo desde la paz la vocación personal y el desarrollo
de nuestras aspiraciones se vuelven más fáciles y coherentes. Desde la
práctica básica de la Raíz, nuestra reorientación hacia la paz, los
frutos se recogen desde el primer día y la confianza y la alegría se
acrecientan a cada paso.
Desde aquí te animo a recibir un
tratamiento personalizado en nuestra consulta, en pleno centro de
Málaga, donde recibirás atención completa y personalizada, y a que
pruebes una de nuestras clases de yoga que realizamos en distintas zonas
de Málaga (Pedregalejo, Teatinos y Ciudad Jardín).
Contacta: Rafael
601 26 43 46
Que la Paz sea Contigo.
Om