Sólo cuando experimentamos las cosas por nosotras mismas, sólo cuando descubrimos, como por vez primera, ante nuestros ojos (y demás sentidos) maravillados la sabiduría inherentemente manifiesta en cada pequeño detalle de la Creación, sólo cuando vivenciamos los aspecto sutiles de lo que nos rodea y se nos muestra, en un estado, a la vez, de apertura y de recogimiento, somos capaces de integrar el verdadero conocimiento, de ver la inteligencia y el orden presentes en cada particula, en cada onda, del Universo. Podemos teclear en Google la palabra "chakra", o "triptófano", o "enzima", devorar la información que sobre estos términos podemos hallar en la Red, o en otros medios, impresos o virtuales, podemos incluso repetir como loritos la información que hemos adquirido, regurgitarla cual egagrópila (google "egagróplia") digerida por otro, aún poniendo cara de erudita, o enteradilla al uso, y esto no tendría ningún valor, ni para nosotros, ni para nadie, más allá de mostrar una sabiduría googleiana (léase gugueliana), de wikipeich, del pastel, hablando con propiedad, que no alcanzaría otra cosa que hundirnos los pies aún más hondo en el fango de la ignorancia.
Sin embargo, a partir de ya, si quieres, puedes llevar la atención a esos lugares donde dicen que están los centros energéticos del cuerpo (los famosos chakras) y ver que te encuentras. A veces un nudo en la garganta, un pellizco en el estómago, una opresión en el centro pecho, nos anuncian que estos centros están cerrados, o bloqueados. Si un científico mirase con lupa o bisturí seguramente no encontraría nada, después del TAC, los rayos X y el electrocardiograma, determinaría que no hay nada ahí, "usted está completamente sano, pero si insiste puedo diagnosticarle hipocondría", y te vas con tu nudo en la garganta, ahora más intenso y opresivo, después tragarte las lágrimas, y las palabras que nunca le decimos a los médicos cuando nos tratan como a niños fantasiosos. Más tarde, este nudo en la garganta puede manifestarse en el plano físico como nódulos en las cuerdas bocales, o disfunciones en la tiroides, pero antes de eso ya venías sintiendo este nudo, esta tensión, mucho antes de su manifestación física, tú, que nunca te creíste especialmente extrasensual, ya eras consciente de un bloqueo en este centro energético. Si no nos enseñaran desde pequeños a desconfiar de lo que sentimos, nuestra conexión con los aspectos sutiles de la vida, no nos resultaría tan difícil tomar decisiones desde otros lugares más fiables que la mente ordinaria, confiaríamos más en nuestras intuiciones y corazonadas (de hecho, se ha demostrado que el corazón es un órgano precognitivo, es decir, que se acelera o agita con anticipación antes de que las situaciones de peligro o estrés se presenten realmente), iríamos a preguntarle a nuestras tripas antes de asociarnos con éste o con aquélla, y diríamos "déjame que lo sienta" en vez del habitual "voy a pensarlo".
Constantemente estamos percibiendo fenómenos más allá del plano físico, empezando por nuestros propios pensamientos, que acaparan gran parte de nuestra atención. Incesamente estamos recibiendo impresiones en nuestro cuerpo sutil, sentimos la energía de la gente que se nos acerca, de sus pensamientos e intenciones, de los lugares, de lo que en ellos ocurre u ocurrió en el pasado, somos capaces de sentir muchas cosas. De hecho se nos da mucho mejor sentir que pensar, a pesar de lo absorbidas que estamos en nuestros pensamientos, y el tiempo que dedicamos a darle vueltas al tarro y lo poco que nos paramos a percibir los detalles, delicados y valiosos, que nos rodean en todo momento.
Si quieres puedes intentarlo ahora mismo. Detente. Lleva la atención a lo más burdo, a lo más notorio y llamativo, quizá un fuerte ruido proveniente de la calle, un dolor intenso en la espalda, la sensación de cansancio, aquello que más resalte y llame inmediatamente tu atención. Pausa. Siente ahora el movimiento que genera la respiración en el cuerpo, las costillas desplegándose, el abdomen expandiéndose en cada inhalación, el descenso del esternón durante la exhalación, son cosas fáciles de percibir. El ruido en la calle puede que aún esté ahí, o el dolor de espalda, pero trata de enfocarte en la respiración. Detente y siente esto. Ahora trata de oír el sonido de la respiración, es un poco más sutil que el movimiento pero aún es fácil. Escucha al menos dos o tres ciclos completos del flujo respiratorio, con plena concentración. Sigue ahí, ahora quizá estés más dispuesto al recogimiento, al silencio interno. Descansa en este estado de quietud. Hazte ahora la pregunta ¿Cómo me siento?, y lleva la atención a los órganos internos, al espacio que ocupa el sistema digestivo, intestino, estómago, etc. ¿Qué sientes en el área de los pulmones? ¿Puedes sentir tu corazón? Pregúntale a tu corazón como se siente y no contestes la pregunta mentalmente, simplemente escúchalo, siente este órgano de sabiduría. Percibe cualquier tensión que pueda existir en el área cardíaca, o en las tripas, en la garganta, los hombros, o la cabeza. Sigue respirando de forma consciente y deja que la consciencia en la respiración actúe como un disolvente de la tensión. En cada inhalación lleva la energía (simplemente llevando ahí la conciencia) al área cerrada o bloqueada, y deja que en cada exhalación la tensión se libere. Quizá el alivio sea inmediato, o puede que tengas que pasar más tiempo respirando y disolviendo estas tensiones. Te invito a recogerte de este modo tan a menudo como puedas, adentrándote, poco a poco, en sensaciones cada vez más sutiles. Puedes hacerlo cuando hables con otras personas o cuando llegues a un lugar determinado. Establece una relación íntima con tus sentimientos, con tus pensamientos también, pero observando cómo el cuerpo reacciona ante ellos en todo momento, cómo esta historia que te cuentas y que cuentas a otras personas, acerca de cómo te va, tensa o relaja tu cuerpo según sea el caso. Siente la tensión y libérala, muévete libremente, escucha el silencio, visita espacios abiertos y naturales tan a menudo como puedas, come sano y descansa todo lo que necesites, confía en tus intuiciones, tus premoniciones y las coincidencias y sincronicidades que se presentan a cada momento. Espero que seas muy feliz.
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