Ya
está por cumplirse una década que me dedico profesionalmente a la
terapia manual, esto es, a acompañar a otros seres, en su proceso de
sanación, con las manos. Hace más de la veintena que nació mi interés y
compré mi primer libro de masajes, a los 19 años, y desde entonces estoy
usando mis manos para intentar dar alivio a cuerpos y almas. Total, que
echando cuentas ya llevo un rato dándole vueltas al asunto de cómo
ayudar con las manos, con sencillas y desnudas manos, a mitigar el
dolor, la tensión, la rigidez y/o el entumecimiento que se acumula en
las carnes y en los huesos con el ir viviendo, en la forma en que
vivimos, los más de entre los mortales, esta existencia misteriosa en
este hermoso planeta. Y ya voy llegando a aclarame un poco, con respecto
a lo que está en mis manos hacer para ayudar, y de qué manera, y
hasta qué punto pueden estas manos acompañar. Digo acompañar porque las
manos sólo acompañan, no son las manos las que sanan. Mucho tiempo
pensé que eran las manos las que curaban, habiendo amado, y tanto, el
libro de Barbara Anne Brenan, Manos que Curan, y en ese afán de
creer que somos los hacedores y de atesorar el mérito de la sanación,
echaba en mis lomos la responsabilidad, y por ende la neurosis, de
salvar a al otro, o a la otra, y me perdí por mucho tiempo la
contemplación silenciosa de ver como la sanación se produce por si sola,
desde un lugar de poder y gozo denominado Aquí, y desde un espacio sin
tiempo, sin antes ni después, llamado Ahora, y de que mi única tarea
consistía en asentarme en la Presencia de este Aquí y de este Ahora que
nosotros llamanos la Raíz, y facilitar al otro, o la otra, la
posibilidad de situarse en dicha Raíz y permitirse sentir todo lo que
venga a ser sentido, a bajar de la mente en conflicto al cuerpo dolorido
y sentirlo, sentirlo sin más, sin opiniones, sin interpretrar, ni
evaluar ni juzgar ni criticar. Si nos asentamos ahí durante el tiempo
suficiente, la sabiduría que habita en cada cécula del cuerpo y en cada
rincón del alma, nos mostrará el camino, las manos irán a donde tengan
que ir, a ejercer la presión justa, a tirar suavemente, a friccionar,
amasar, o simplemente a separarse a unos centrímetos del cuerpo, como
satélites silenciosos, recibiendo y mandando información a la distancia
justa.
Manos Satélites |
A
veces iniciamos la sesión induciendo una profunda relajación a través
del contacto suave y la meditación guiada para, en la quietud, lanzar la
pregunta, ¿qué me impide estar totalmente bien ahora?, o simplemente, ¿qué me está pasando?, y esto es suficiente para que el cuerpo reaccione y nos cuente la historia de lo que me está pasando.
Intentamos aquietar la voz en nuestra cabeza para escuchar la historia
que cuenta el cuerpo, que muchas veces no es más que la reacción del
mismo cuerpo a la historia que nos contamos a nosotros mentalmente a
cerca de cómo nos va, o de cómo nos debería ir, o a cerca de cómo nos
fue en el pasado, etc. El cuerpo está constantemente reaccionando a la
mente, a este interno parlotero incesante de miedos y resentimientos, y
va contráyendose, acá y allá, generando un determinado esquema corporal y
un patrón respiratorio que pueda sostener la historia que cuenta la voz
en la cabeza. Por otra parte, la historia que contamos en nuestras
cabezas suele ir en contra de lo que realmente sentimos y sabemos
a un nivel más profundo, y se va generando en nuestras vidas una
incoherencia entre lo que pensamos y lo que decimos, entre lo que
sentimos y lo que hacemos, y que es la base de todo malestar.
Lo
que proponemos en nuestro acompañamiento, es invertir el proceso y
venir a sentir plenamente y a recobrar la confianza en lo que sentimos,
más que en lo que pensamos, a generar coherencia entre nuestro sentir y
nuestras acciones y a responsabilizarnos y comprometernos con este
sentir y esta sabiduría que están presentes siempre que nos aquietamos y
facilitamos que la mente se relaje y el cuerpo hable. Se trara de un
proceso de inversión de vivir una vida pensada a experimentar y
permitirnos el gozo y la satisfacción de una vida sentida. Una vida con sentido.
¿Es
Contacto Raíz un tipo de masaje? No. Las técnicas de masaje, y casi la
totalidad de las terapias manuales, tienen como objetivo prioritario el
alivio o supresión del dolor. Contacto Raíz propone escuchar el dolor,
no tratar de suprimirlo. Sin embargo, cuando el dolor es escuchado,
tomamos conciencia y nos hacemos cargo de lo que sentimos, generando
acciones coherentes en nuestras vidas, sucede una de estas tres cosas, o
alguna combinación de las tres: aceptación serena del dolor, alivio, o desaparición total del dolor.
Entonces el alivio o la supresión pueden ocurrir, pero no es nuestro
objetivo principal. A veces, la persona, en casos de accidentes,
cirugías invasivas, o enfermedades crónicas o terminales, simplemente
debe aprender a aceptar convivir con una dolencia o una limitación
determinadas, y empoderarse haciendo de su limitación un baluarte de
fortaleza, diginidad y coherencia, y esto sólo se puede conseguir a
través de dicha aceptacion serena y del poder que otorga.
Si
quieres saber cómo nuestro acompañamiento puede ayudarte, y cuáles son
las condiciones y la estructura de nuestras sesiones y tratamientos,
puedes concertar una entrevista personal sin coste alguno para que
podamos hablar y aclarar esto y cualquier otra duda, y así poder decidir
libremente si quieres recibir nuestro servicio.
Beneficios del trabajo en la Raíz:
Empoderamiento desde el Ser y el Sentir.
Inspiración e intuición acrecentadas.
Desaparición, alivio o aceptacición serena del dolor.
Acciones coherentes, conscientes e inspiradas.
Disfrutar de una Vida Sentida.
Trabajar en la Raíz es para ti si:
Sientes que hay incoherencias entre tu sentir y tu estar en el mundo.
Sufres de dolores recurrentes o crónicos y no sabes qué te están comunicando.
Sientes apatía, irritabilidad y/o ansiedad con frecuencia.
Percibes bloqueos físicos, emocionales, mentales o en la acción.
Tus impulsos creativos e inspiraciones son inhibidos o frenados por voces interiores limitantes.
Sencillamente quieres llevar vivacidad, plenitud, honestidad y consciencia a tus acciones.
Contacto:
Rafael Medina
601 26 43 46
lavidasentida@gmail.com
visita nuestro blog: RAMA-RAÍZ
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Que seas feliz.
Om
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