Etimológicamente la palabra emoción es aquello que nos mueve, un impulso que nos activa y nos empuja a realizar algún tipo de acción. Nuestra desconexión, o al menos desconfianza, hacia lo que sentimos es tan fuerte en la mayoría de nosotros que no sabemos dejarnos guiar por lo que sentimos, movernos hacia la liberación de la emoción, vivimos casi en un estado de bloqueo constante, hasta que estallamos o caemos en algún tipo de depresión o angustia que nos imposibilita tomar las riendas de nuestras vidas. A cada emoción van asociados un montón de pensamientos, o variaciones de los mismos y conocidos pensamientos limitantes. No puedo, odio lo que me dijo, qué pasará, no me quiere, no valgo, la gente debería ser... Mientras nos mantenemos en la órbita del pensamiento, las emociones son reprimidas, los centros energéticos superiores se saturan, y aparacen tensión en los hombros, cuello y dolor de cabeza, si seguimos negando lo que sienten nuestro corazón y nuestras tripas, en los centros medios e inferiores, aparecerán problemas cardíacos, úlceras, desórdenes digestivos, sobrepeso, esterilidad, etc.
Una
experiencia común tras una sesión de yoga es que el estado anímico de
la persona se modifica para mejor, es decir, después de practicar nos
sentimos más ligeras, despiertas y contentas, con la mente clara y a
menudo con algún nuevo y revelador propósito para realizar en nuestras
vidas. Esto ha ocurrido porque hemos venido a quitarle atención al
pensamiento y a sentir el cuerpo, a generar una respiración amplia y
libre y sobre todo a movernos. Está probado que durante la
práctica del yoga y la meditación se suaviaza la actividad en las áreas
del cerebro realcionadas con el pensar, principalmente el neocortex y el
lóbulo frontal del cerebro, y se produce una estimulación sobre la
parte más primitiva del cerebro, relacionada con las emociones y la
intuición. Es lógico que si restamos atención, y por tanto energía, al
pensamiento y nos centramos en el cuerpo, la respiración y el movimiento
nuestro estado emocional mejore y también nuestra mente se torne más
clara, receptiva y creativa. El canto de mantras, la repetición de un sankalpa (frase interior para dirigir
la intención), los mudras (posiciones de manos y cuerpo para la
expansión de la consciencia) y algunos tipos de pranayamas y
visualizaciones son métodos milenarios para liberar la emoción y poder
movernos en la dirección correcta en nuestra vida.
Sentir
y Sanar es una propuesta terapéutica enfocada a aliviar nuestro
malestar, a través de la relajación profunda, la quietud, el movimiento y
la escucha silenciosa de la guía interior. ¿Quién cuando tiene un
problema acude al silencio, a aquietarse y sentir? ¿Cuántas cosas no se
pondrían en su sitio si nos atraviésemos a sentir y a dejarnos guiar por
nuestro corazón? ¿Quién cuando siente ira o miedo espera a cambiar su
estado para actuar desde el amor? Quizá bastase con detenernos un
momento y sumergirnos en la quietud. Problamente no tardaría en cambiar
nuestra percepción y seríamos guiados por nuestro anhelos más profundos y
estaríamos más conectadas con la sabiduría que todos poseemos.
Sentir y Sanar: Prácticas Yóguicas para la Liberación Emocional
Sábado 5 de Marzo
calle María Casares 3 (Teatinos)
de 10.00 a 11.45
Sesión de Yoga para la Liberación
11.45
descanso con infusión y frutas
12.00 a 14.00
Meditaciones:
* La Escucha Silenciosa
* Del Miedo al Amor
Precio:
30 €
Para alumnos de Hanami y Alegría de la Huerta:
20 €
Reservas e Información:
Rafael
601 26 43 46
lavidasentida@gmail.com
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